
Santa Bárbara, mártir oriental del siglo III o IV, fue traída como culto con las primeras misiones evangelizadoras a América. Se la considera patrona de los vientos y de las tormentas, de los rayos, de la paz del hogar. También se la invoca para resolver asuntos de amor. De la historia de esta Santa se desprende que murió muy joven y virgen, además de ser su muerte cruel, la que la transformó en mártir y santa para la Iglesia Católica y Ortodoxa. Sus colores son el rojo y el blanco, y es el color rojo lo que más se destaca en su festividad.

Casi siguiendo la estrategia de Víctor Turner (1.999), remarcaremos aquí algunos aspectos de los materiales de observación, para luego someterlo a aquella triple interpretación que también señalábamos de este mismo autor, es decir, considerar esos materiales de observación desde la propia construcción de los actores o sujetos de la fiesta, de aquellos informantes claves que operan con un segundo nivel de interpretación, y los elementos teóricos que nos ayudan a llegar a otros niveles de interpretación desde nuestra posición en el "campo ritual".
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